Muchas veces nos iniciamos en una determinada práctica deportiva por motivos extrínsecos (refuerzo social, cánones de belleza socioculturales, etc.). Pero, ¿Te has planteado alguna vez la mejora de tu fortaleza mental en CrossFit?
Lo cierto es que lo que nos mantiene en esa rutina son los llamados motivos intrínsecos (disfrute, satisfacción personal, desafío,… ) que se derivan directamente de realizar la actividad en sí. Entonces, ¿Cómo puedo mejorar mi fortaleza mental en CrossFit?
Cuando esa motivación intrínseca va cogiendo fuerza, empezamos a perseguir objetivos que adquieren el mismo tono. Uno de los más que presencia tienen –y sobre todo en el CrossFit– es la mejora de la fortaleza mental.
¿Qué es la fortaleza mental?
No existe consenso a la hora de definirlo como constructo teórico pero podemos aventurarnos a definirlo en términos tentativos. La fortaleza mental puede ser definida como la capacidad de un individuo para resistir frente a obstáculos externos e internos sin que éstos perjudiquen su rendimiento, llegando en algunos casos incluso a mejorarlo.
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Como obstáculos externos podemos citar el rendimiento del rival, la evaluación externa de jueces, condiciones ambientales y demás elementos que escapan a nuestro control. Entre los obstáculos internos cabe mencionar el autodiálogo negativo, la ansiedad competitiva, la falta de autoconfianza o la percepción de baja autoeficacia, entre otros.
¿Cómo puedo mejorar la fortaleza mental en CrossFit?
Cualquier deporte va a exigir una exhibición de fortaleza mental por lo que ésta puede trabajarse en cualquier modalidad. No obstante, el CrossFit dados sus atributos de «alta intensidad» y «constantemente variado» representa un desafío muy singular por ese componente de incertidumbre.
En este artículo vamos a ver tres formas de mejorar la fortaleza mental en CrossFit.
1. Hacer entrenamientos horribles
Entendiendo «horrible» como una cualidad que atribuimos a diversas situaciones según nuestra propia individualidad. Es decir, para mí, «Mary» es una experiencia nefasta por su elevada carga de gimnasia pero para otro, puede ser el WOD perfecto para lucirse.
Los entrenamientos «horribles» serán aquellos que, según terminas de leer la descripción pienses: «ni de coña». Precisamente esos son los que debes hacer. La fortaleza mental aparecerá cuando te sientas bajo presión, ¿recuerdas? Así que busca los peores WODs posibles.
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2. Entrenar en condiciones adversas
Como he mencionado previamente, existen obstáculos externos que van a poner a prueba nuestra fortaleza mental. Estas variables no pueden controlarse el día de competición, pero entrenando sí. Toca ponerse creativo y pensar en todas las cosas que podemos hacer para complicarnos la vida lo máximo posible.
- Entrenar solo y sin música es algo sorprendentemente difícil. Estar solo con tus pensamientos y ser capaz de llegar a ese «lugar oscuro» puede convertirse en toda una odisea… y es necesario desarrollar esa capacidad.
- En cuanto a las condiciones climatológicas, es interesante visitar los extremos de vez en cuando: frío polar y calor sofocante. Cada condicionante pone sus propias condiciones y ejercerá una influencia muy distinta sobre tu organismo, ¡usa ese aprendizaje!
3. Intenta seguir a alguien mejor que tú
“La única forma de ser más listo es enfrentarte a un oponente más listo. – Revolver (película)
Este quizá sea de los más importantes pero será difícil sacarle el máximo beneficio si eres de los que no tolera muy bien la frustración (y menos aún si viene con una dosis extra de humillación social).
Ponerse como liebre al atleta con mayor resistencia cardiovascular del box en unos intervalos de remo es una locura, ¿no? Pero te obligará a subir la apuesta si quieres codearte con él, lo que necesariamente te hará superar tus propias expectativas.
Como decía Greg Glassman: «los hombres se matarían por unos puntos» y es que la competitividad nos insufla una energía que es difícil (o más bien imposible) replicar en otras circunstancias. Aprovecha para ponerte la meta un poco más lejos de lo habitual y a ver cómo te manejas.
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Siempre… con moderación
En la búsqueda de una mejor fortaleza mental, debemos ser cautos. Nuestro programa de entrenamiento debe construirse sobre un equilibrio entre fracasos y éxitos para que nuestra autoconfianza y percepción de autoeficacia se mantengan en niveles adecuados para incidir positivamente sobre el rendimiento.
Para cada individuo esta fórmula será distinta puesto que para algunos la expectativa de fracaso puede suponer una motivación extra mientras que para otros – en exceso – puede perjudicar el nivel rendimiento (para más información sobre cómo afecta diferencialmente el fracaso, mira este post).